Este Es Lobo, El Perro Que Aprendió Sólo A Empujar La Silla De Ruedas De Su Amo

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Es sabido que el perro es el mejor amigo del hombre, y esta historia viene a ratificarlo. Joao y Lobo, un hombre y su perro, ambos de Taiobeiras, Norte de Minas de Gerais, Brasil, son protagonistas de una de las historias de amistad más linda que hemos conocido.

Desde hace dos años, esta amistad se formó luego de un accidente que Joao sufrió en motocicleta los juntara, el accidente provocó la perdida de movilidad en las piernas de Joao y desde entonces ha necesitado una silla de ruedas para poder desplazarse.

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Luego del accidente Joao cayó en una profunda depresión, el hecho de saber que no volvería a caminar jamás no fue fácil de aceptar. Fue en ese momento cuando la familia del joven decidió hacer algo para que Joao dejara de estar sólo, y la solución fue adoptar a un perro callejero para que le hiciera compañía.

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Desde el primer día, Lobo se ganó el amor y confianza de Joao, desde ese día se hicieron inseparables…

En uno de clásicos paseos, Joao se atascó en hoyo que había en la acera, impotente ante la posibilidad de pedir ayuda, pues no había nadie a su alrededor. De pronto, sintió la ayuda de un ser divino, miró para atrás pero no había nadie. El empujón era cada vez con más fuerza, hasta que Joao pudo salir del obstáculo. Sorprendido se dió cuenta que era su perro Lobo el que lo había empujado, el perro pareció entender perfectamente lo que su dueño necesitaba y sin mayor explicación lo hizo.

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“Toda la complicidad ya existía entre nosotros, pero lo que hizo Lobo aquel día y que le salió a él sin que nadie se lo pidiese, ayudarme de aquella forma a salir de aquella acera de la que yo no hubiera podido salir sólo, fue algo realmente conmovedor”.

Lobo entiende muy bien las fuerzas de Joao, ya que no necesita avisarle cuando está cansado o cuando necesita ayuda para subir la acera, ellos dos están perfectamente conectados.

“Él es mi mejor amigo. Allá donde yo voy, él viene conmigo y siempre está dispuesto a ayudarme. ¿Cómo podría no amar hasta el infinito a esta criatura de Dios que me trajo de vuelta la alegría de vivir y de sentir que no todo estaba perdido?”.

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¡Lobo, eres todo un ejemplo de amistad incondicional!

Su mascota se convirtió en una especia de ángel para él, entendió que Lobo siempre estará cuando Joao lo necesite.

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