De seguro todos tenemos a algún cercano que tiene esa costumbre compulsiva de morderse las uñas, convirtiéndose en una manía que es estresante de solo ver…
Pero no solo es molesta de ver, sino que además puede provocar graves problemas de salud como lo que le sucedió a John Gardner, un ingles de 40 años que pago con su vida la mania de morderse las uñas sin parar.
John sufría de diabetes, ocasionándole problemas al corazón, desencadenando todo a una gangrena que termino en una amputación de su pierna.
Debido a esto el hombre cayo en una profunda depresión y en un estado de nerviosismo diario, provocando que a menudo involuntariamente mordiera sus uñas hasta el punto de ir a parar al hospital con los dedos sangrando en varias oportunidades.
Sin embargo, las idas de urgencia no hicieron que John frenara el impulso de morderse las uñas, provocando que las reiteradas lesiones en sus dedos volvieran menos sensibles a la zona de las uñas, por lo que John se mordía las uñas hasta hacerlas sangrar sin darse cuenta. Naturalmente, él no fue al hospital para curar estas hemorragias leves. Pero esto al final, le costó la vida.
Las heridas en sus dedos se infectaron y le comenzó una septicemia, provocando que sólo unas semanas después de su cumpleaños 40, John falleciera de un shock séptico.
Obviamente la muerte provocada por el mordisqueo de las uñas es poco probable, pero…
¿vale la pena arriesgar tu salud?
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