Es una práctica regular guardar, aunque sea un diente de leche de nuestros hijos para guardarlo como recuerdo, pero esta práctica podría ser mucho más importante que para un solo recuerdo…
Los dientes de leche contienen un gran número de células madre. Estas son células que son capaces de multiplicarse y de generar y renovar nuevas células, tomando la forma de cualquiera de los órganos, así que si no guardaste la placenta o la sangre del cordón umbilical, aún tienes una posibilidad.
En 2003 se descubrió que los dientes de leche contienen hasta dos docenas de células madres que podrían ser utilizadas en el tratamiento de diversas enfermedades y ayudar a regenerar y mejorar distintos órganos vitales que han sido dañados como consecuencias de diversas enfermedades.
Las células madres se recuperan de la pulpa dental, y luego con ellas seria posible regenerarlas en forma de neuronas, hueso, cartílago, e incluso células del corazón, además los médicos están seguros de que seria posible utilizarlas en los tratamientos de la diabetes mellitus tipo I, porque las células se pueden dirigir al páncreas, que produce la insulina.
Aunque existe un pero… las células del diente deben permanecer vivas, sólo así podrían ser utilizadas en el futuro. Debe haber un cuidado especial dentro de las 48 horas de la pérdida del diente y mantenerlo seguro y vivo en las condiciones adecuadas para ser utilizado cuando se necesite. Si no se logra, se perderán las células.
¡Ya lo sabes! Cuando te des cuenta que un diente de tu hijo este por caer, empieza a pensar en las distintas posibilidades de preservación. Esperamos que esta información te haya resultado útil y que puedas compartirla con otras personas.
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