Confesar a los padres algo tan personal como la orientación sexual, debe ser una tarea realmente difícil, el no saber como reaccionarán debe ser motivo de terror para los que estén en esa posición.
Chad estaba en esa posición, un joven que con gran valentía le confesó a su madre que era gay, esperando a lo menos un abrazo y comprensión… pero lamentablemente ocurrió todo lo contrario y terminó echándolo de la casa.
Sin saber que hacer ni donde ir, el joven se dirigió a la casa de su abuelo materno, buscando una palabra de aliento y le contó lo sucedido. La respuesta del anciano será un ejemplo a seguir…
Querida Christine:
Estoy decepcionado de ti, hija mía. Tienes razón en decir que hay una “vergüenza en la familia”, pero no es quien tú crees. Haber corrido a Chad de tu casa, sólo por ser homosexual, esa es la verdadera vergüenza. Una madre que echa a su hijo de casa y de esa manera es lo que “no es natural”.
En lo único que tuviste razón fue en decir que tú no le enseñaste a ser gay, por supuesto que no. Él no decidió serlo, nació así, del mismo modo en que algunas personas nacen siendo zurdas. Pero tú ya tomaste una decisión, preferiste herirlo, ser intolerante y dar un paso atrás. Así que ya que estamos en eso de negar a nuestros hijos, yo haré lo mismo y te diré adiós. Ahora tengo un nieto increíble y no tengo tiempo para una hija sin corazón.
Así que si encuentras tu corazón de nuevo, llámanos.
–Papá
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