No todas las madres sienten ese instinto maternal inmediatamente, no todas están preparadas para ser madres, y es que tener un bebé es algo especial y no todas logran apreciarlo desde el primer minuto.
La madre de Robert Hoge, tenia ese problema, no sintió el apego inmediato por su hijo Robert, quien era el quinto hijo de esta madre, pero nació con un tumor gigante en el centro de su rostro y las piernas deformes.
El tumor con el que nació era tan grande que deformó su rostro, engrandeciendo su nariz y ensanchando la ubicación de sus ojos. Si bien el tumor no era benigno, y su extracción no produjo ninguna consecuencia a futuro, la madre de Robert aún sentía recelos por el.
Una vez Robert encontró el diario de su madre, y las palabras que ella escribió sobre su hijo no eran las mejores. Lamentablemente Robert las leyó… “Es demasiado Feo”, “No siento nada por él”, “ojalá muera”. Fue difícil aceptar a su hijo, y fue algo que a Robert siempre le afecto y le dolió.
Afortunadamente la historia con su padre era algo totalmente distinto, el sentía valor por su hijo, entendía que solamente era distinto, y que era igual de fuerte que sus hermanos y que cualquier otro niño.
Luego con el tiempo Robert, entendió y comprendió a su madre, lográndola perdonar, el sabia que el proceso no había sido complicado y que el shock para la madre fue también muy duro y difícil de aceptar. Con el tiempo estas distancias se acortaron y la madre logró aceptar a su hijo y amarlo como uno más de su familia (solamente le costo tiempo).
Con el tiempo Robert encontró el amor y pudo concebir a una hija. Pero Robert no podía sacarse de la cabeza la posibilidad de que su hija naciera con los mismo problemas que el, pero los médicos le hicieron saber que su problema no era hereditario, aún así Robert no se quito ese miedo hasta que su hija nació.
Con los años la relación de Robert con su madre fue de las mejores, pero lamentablemente no pudo recibir ese abrazo que tanto necesitaba de la mujer que tanto amó, ya que había fallecido unos años antes.
Para la alegría de Robert y de su esposa, su hija nació sin ningún problema o enfermedad, y según palabras de Robert su hija había nacido perfecta, ya que lo que la hacia perfecta era el amor que el sentía hacia la pequeña.
Criticar a la madre seria lo mas fácil, pero hay que entender que la aceptación es algo difícil de sobrellevar. Lo importante es que la madre finalmente pudo querer aceptar y amar a su hijo por sobre todas las cosas.
La historia de superación es admirable
¡Tu también eres perfecto Robert!
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