Este es un caso difícil de explicar y entender, una mezcla de ¿locura?, ¿canibalismo?, ¿psicosis?, ¿maldad?, la verdad es que parece que nunca se sabrá a ciencia cierta, y poco importa a estas alturas.
Lo que empezó como una tranquila cena familiar, terminó con una pareja de cincuenta años brutalmente asesinada a manos de un joven de 19 años. No parecen haber motivos que justifiquen este acto, ni razones que atenúen la situación.
Austin Harrouff, un excelente estudiante con calificaciones de premiar y capitán del equipo de fútbol americano en la Universidad de Florida, EEUU, se encontraba cenando tranquilamente con sus padres, en un conocido restaurante del lugar.
Aparentemente, y según lo señalado por la policía, Austin se enfadó por una supuesta mal atención de los meseros y salió repentinamente del restaurante.
Austin iba caminando en dirección a su hogar cuando vio a John Joseph Stevens, un hombre de 59 años de edad, quien conversaba tranquilamente con sus esposa Michelle Mischon de 53 años, en la entrada de la casa donde ambos vivían.
Austin los miró fijamente, esperó algunos segundos y, bajo razones sumamente incomprensible, se lanzó sobre ellos y comenzó a apuñalearlos con un cuchillo. Menos de un minuto más tarde, Michelle yacía muerta en el piso y Austin estaba sobre John, quien agonizaba y gritaba.
Los gritos desesperados de John alertaron a un vecino que no dudó en salir a ver lo que ocurría. Fue en ese momento cuando, según sus declaraciones, vio a Austin gimiendo como un animal mientras devoraba el rostro de su víctima.
Una escena digna de una película de terror.
El vecino se aproximó al joven estudiante buscando ahuyentarlo, pero recibió una amenaza.
“Tu no quieres ser parte de esto”, dijo Austin mientras se lanzaba sobre el hombre, a quien también propino unas puñaladas, que solo le causaron heridas leves, luego volvió hacía su víctima inicial.
La policía, quien había sido contactada por el vecino previamente, llego al lugar para ponerle fin a este siniestro homicidio. Se necesitaron varios agentes y grandes esfuerzos para poder quitar a Austin de encima de su víctima, quien ya había fallecido.
El ejemplar estudiante fue sedado y llevado al hospital para examinar las heridas que se había producido en el altercado.
La policía señalo que Austin Harrouff no tenia antecedentes criminales previos, era un estudiante ejemplar y una estrella en su equipo de fútbol americano. Se descarto que hubiese portado drogas en el momento.
Sin embargo, los oficiales analizan la posibilidad de un consumo de “sales de baño” (una droga sintética de efectos similares a las anfetaminas) previo al asesinato.
“No tenía récord criminal”, aseguró el oficial William Snyder. “Era un buen chico”..
Actualmente, Harrouff se encuentra bajo la disposición de la justicia que pronto determinará la condena a cumplir.
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