Ver a un colibrí es muy difícil debido a sus aleteos impresionantemente rápidos. Con suerte podemos verlos los breves instantes en que sacan el polen desde una flor y luego desaparecen para ir hacía otra. Avistar a un colibrí es algo maravilloso pues son aves realmente hermosas y muy delicadas.
Pensar en ver a un colibrí posándose en la mano de un hombre podía ser impensado hasta que el que vemos a continuación lo logra con el simple truco de poner en su mano una tapa junto a algo que se asemeja a una flor, así se gana la confianza de la diminuto ave que posa sus patas en sus dedos del hombre por largos momentos y aletea para extraer el líquido dentro de lo que parece ser una flor. Muy lindo ¿no?
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