La obsesión por tener un cuerpo musculoso puede llegar a ser dañina para la mente y nuestro organismo y es que una cosa es ser saludable y otra pagar cualquier precio por hacer crecer aquellos músculos a base de sustancias químicas que suelen ser adictivas.
Este es el caso de Romario Dos Santos un culturista que desde que fue por primera vez al gimnasio quiso tener la figuro de aquellos tipos grandes y llenos de músculos que en esos lugares suelen abundar, pero el querer lograrlo rápidamente lo hizo adicto a una sustancia llamada Synthol que hace crecer los músculos a niveles antinaturales a través de inyecciones en estos. Romario fue muy lejos y le comunicaron que debían extirpar uno de sus brazos. Mira la historia completa que es muy fuerte pero te hará reflexionar sobre el uso de estas dañinas sustancias.
Este caso servirá para que no se utilicen sustancias como el Synthol, compártelo.
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