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Arthur, siendo un potrillo, tuvo que ser separado de sus compañeros y fue llevado muy lejos sin tener ni un contacto con ellos por largos años. Su dueña lo recuperó cuatro años y medio más tarde y lo llevó a ver a sus viejos amigos, quienes todavía vivían en el mismo lugar.
En el momento en que Arthur los vio, corrió hacia ellos totalmente emocionado. Se acariciaron, revolcaron y jugaron por más de una hora. Los tres caballos se reconocieron de inmediato y no dudaron en disfrutar su reencuentro, mientras su dueña miraba emocionada la situación.
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Estos amigos son adorables, comparte este emotivo video.
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