El sol es la fuente de luz natural de nuestro planeta que nos provee de esta durante el día, con lo que ahorramos bastante energía eléctrica, pero además es una fuente de calor que agradecemos en los días de frío. Su importancia radica por ejemplo en ser el elemento principal en la fotosíntesis de las plantas y otros procesos.
¿Pero te imaginas vivir en un lugar donde durante 6 meses al año no puedas sentir el calor del sol?
Ese lugar existe y se llama Rjukan un pueblo noruego de inmensa belleza pues esta rodeado de altas montañas y alrededor cuenta con hermosos bosques. Este pueblo que se encuentra a unos 170 kilómetros de Oslo se ubica en un profundo valle donde por más de un siglo las montañas ocultaron por 6 meses el sol, desde septiembre a marzo, convirtiendo al pueblo en un lugar frío y oscuro.
El pueblo fue fundado en 1913 y su fundador Sam Eyde ya apreciaba el problema, por lo que su idea de colocar algo que reflectara la luz del sol en el lugar fue desde siempre una opción que no se concreto por un siglo.
Un residente de Rjukan llamado Martin Andersen, quien también es un artista, retomó la idea del fundador del lugar y creó el “Solspeil” que finalmente fue instalado en las altas montañas en el año 2013. El invento consta de 3 grandes espejos.
Antes de esto un teleférico construido en 1928 transportaba a los habitantes que quisieran disfrutar de la luz del astro hasta el punto más alto de las montañas donde podían sentir el calor natural en su piel. Hoy este teleférico aún sigue funcionando para quienes quieran realizar el trayecto.
Los 3 grandes espejos que giran sobre un eje capturando la luz del sol y la reflejan en la plaza de Rjukan están ubicados por sobre los 450 metros de altura. En la siguiente fotografía puedes apreciar como se agolpó el pueblo en la plaza para el día de la inauguración de este sistema donde al fin pudieron disfrutar del sol.
Hoy la plaza que antes se encontraba desierta se ha convertido en el centro de la vida social, donde los habitantes se reúnen durante el día para disfrutar de los rayos solares que les proveen los espejos.
La tecnología de estos espejos es ecológica y cuentan con unas placas solares que recolectan la energía, precisamente del sol, para que estos puedan funcionar y girar. Cuando la energía no fue suficiente, porque la luz del sol era muy débil, utilizaron un motor con combustible, pero hoy hacen uso de las placas sin problemas.
Pero esta gran idea también tuvo detractores. El pueblo de Rjukan cuenta con alrededor de 6000 habitantes, pero 1300 no estaban de acuerdo con la instalación de estos espejos quizás porque intervendrían el paisaje y por la inversión que demandaban. Lo cierto es que la idea se llevó a cabo y a beneficiado a todos.
Sin embargo la instalación de los Solspeil demandó el gasto de 800.000 dólares, pero sin duda los han valido cada día de los 6 meses que antes no tenían sol.
Este pueblo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y hoy ha aumentado notoriamente el número de turistas que quieren conocer el lugar.
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