Atado a un árbol en el medio del bosque, un perro logró sobrevivir dos semanas en una trampa para osos, lamiendo la nieve para mantenerse hidratado.
“No hay palabras para describir lo que le pasó a Forest, el perro obstinado que se negó a acostarse y morir”, escribieron sus rescatadores en un post de Facebook. Es esa mentalidad terca lo que lo mantuvo con vida.
Estaba atrapado en la trampa de un cazador, un dispositivo que aprieta más cada que jalas de el. Sus intentos por liberarse solo lograron que el asa de alambre se enterrara más profundo en su piel. Pero antes de que fuera demasiado tarde, fue rescatado.
Estaba vivo, pero en pésimas condiciones, con heridas infectadas, gusanos, parásitos y las extremidades ensangrentadas.
Mientras estaba atrapado se arrancó las dos piernas de su lado izquierdo y por poco su vida. Sin embargo, conoció a un nuevo amigo humano en el Centrum Adopcyjne Lecznicy, un centro de rescate en Polonia.
“Jakub Kotowicz pasó el último mes cuidando de Forest, dedicándole todo el tiempo que podía,” escribió en Facebook el grupo de rescate. “Ttal vez esta amistad, esta empatía desinteresada, fue la que permitió que Forest se volviera a poner de pie.”
Después de un mes de atención, el centro escribió que su vida ya no estaba en peligro inminente, pero aún le quedaba un gran camino por delante. En este momento, el grupo espera recaudar fondos para que Forest reciba una prótesis en las piernas, con las que va a ser capaz de caminar con mayor comodidad.
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