Los bebés orangutanes día a día pierden a sus padres por alguna causa de destrucción humana de sus hábitats o el asesinato, por lo tanto es nuestra tarea hacernos cargo de los pequeños huérfanos que quedan a la deriva, como lo hace la asociación Internacional Animal Rescue, en colaboración con Orangután Outreach’s.
Ellos rescataron a Rickina y la mantuvieron aislada de los otros orangutanes durante un mes para que se acostumbrase de la presencia humana y el trato con los mismos. Cuando llegó el día de unirla al resto de los que serían sus amigos, al principio estaba bastante nerviosa y no se despegaba de la que era su madre adoptiva pero después comenzó a disfrutar de estar con los suyos.
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