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Por ayudar en un asesinato, Chris fue sentenciado a 48 años de cárcel en 1998. Tiempo después se hizo parte de un programa en que cada preso debía adoptar a un perro y entrenarlo como guía para personas con discapacidad. Quiso conocer más sobre el tema y hoy entrena a perros para ayudar a niños con autismo.
Zach, es un niño con autismo de 7 años, a quien Chris lo ha ayudado enormemente. Sus padres no sabían con qué método poder tratarlo, pero desde que visita semanalmente la cárcel para entrenar a su perro junto a él, hoy a desarrollado mucho sus habilidades sociales y sus padres lo agradecen enormemente.
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