São Paulo es la mayor ciudad de América Latina, una jungla de cemento en el que viven casi 20 millones de habitantes que, además de ocupar espacio físico, comen, duermen, sienten y padecen.
Menos conocido es el hecho de que 31% de los alimentos que circulan en el país contienen pesticidas prohibidos en la mayoría de las otras naciones del mundo o en cantidades muy superiores a las permitidas.
Hoy el país posee más de 400 tipos de pesticidas registrados como insecticidas, fungicidas y herbicidas. En este escenario, una adorable abuelita de 95 años, lleva casi 70 invertidos en la agricultura orgánica para proteger la salud de los brasileños.
La ingeniera agrónoma Ana Primavesi nació en Austria y llegó con su marido y sus tres hijos a Brasil en 1949. Desde el comienzo de su exilio en Santa María, en el estado de Río Grande do Sul, la familia Primavesi se ganó la vida con la agricultura. Pronto, Ana empezó a publicar manuales sobre temas relacionados a la producción orgánica y ecológica de los cultivos. Enseguida sus libros fueron muy populares.
En 1955 enfrentó la tarea casi imposible de producir el primer trigo de calidad en un terreno muy ácido y pobre. Gracias a un intenso trabajo y a la aplicación de procesos innovadores y biológicos para mejorar el suelo, logró después de tres años la primera cosecha de trigo.
La clave de su éxito fue la creación del humus y el cultivo de plantas capaces de preservar y recrear la fertilidad del suelo. Primavesi ha trabajado toda su vida para aumentar la actividad biológica del suelo y restablecer el equilibrio del agua, los nutrientes y la temperatura de la tierra.
En 1960, la Universidad Santa María del estado Río Grande do Sul, invitó a Ana Primavesi y su marido a fundar el conocido Instituto del Suelo. En 1968, ambos organizaron el segundo Congreso Latinoamericano de Biología del Suelo y establecieron el primer curso universitario sobre manejo biodinámico y ecológico de los suelos en Brasil.
Primavesi ha dedicado gran parte de su vida a enseñar a los agricultores brasileños que es posible la producción de alimentos sin alterar la conservación del medio ambiente, ni olvidar las necesidades del pequeño productor. Autora de más de 90 artículos científicos publicados en revistas brasileñas e internacionales, también ha escrito 11 libros.
Su trabajo más importante es Manejo Ecológico de Suelos, que revolucionó la agricultura orgánica tropical en Latinoamérica. Primavesi defiende que hay que tratar el suelo con materia orgánica rica, esto quiere decir, cubrirlo con una amplia variedad de plantas y residuos vegetales que ofrezcan protección al viento y ayuden al desarrollo de las raíces.
Luego de décadas de trabajo, esta abuelita ha recibido el mayor reconocimiento a su labor, ya que a finales del año pasado, ha sido galardonada con el premio internacional “One World Award”
Asi, Primavesi se convirtió en la primera brasilera que recibe este galardón, entregado por el International Federation of Organic Agriculture Movements (IFOAM), que celebra a aquellos activistas que tuvieron un impacto positivo en la vida de los productores rurales.
Ella es pionera en la investigación de los manejos agroecológicos del suelo. Una heroína en las tierras de un país dominado por el agronegocio, una industria millonaria que ha entregado los cultivos a las multinacionales.
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