Los ataques cardiacos muchas veces son mortales y creo que todos conocemos a alguien que murió por esa causa sin poder hacer absolutamente nada por él más que dejarlo ir a pesar de que trataron de reanimarlo. La muerte llega tan de sorpresa que cualquiera puede ser el día.
Jeff Markin se dirigía al trabajo como cualquier día de su semana pero sintiéndose muy mal. Alguien lo convenció de ir a un hospital pero ya era muy tarde. Él murió a pesar de los esfuerzos del personal medico por mantenerlo con vida debido a que el ataque fue tan fuerte que su corazón dejó de latir y se detuvo. Sin embargo el cardiólogo de turno rezó por él y lo que pasó fue impactante y tienes que verlo tú mismo.
Muchos no creen en un ser superior, pero en esta ocasión la situación no tiene otra explicación que ser un milagro. Quizás la fe si mueve montañas.
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