Niki Boon comenzó a tomar fotos como un hobby mientras trabajaba como fisioterapeuta en Escocia. Sin embargo, la nativa de Nueva Zelanda, encontró su interés en el arte de la fotografía mientras viajaba, y no fue hasta que ella había regresado a casa y comenzó a criar una familia que su pasión se reavivó. “La infancia en bruto”, es una serie de fotos del transcurso de la vida de sus cuatros hijos en una propiedad de 10 acres en Nueva Zelanda, donde se mantienen alejados por completo de la tecnología. Boon crea fotografías como un regalo para cada niño en su cumpleaños.
“Mi madre murió cuando yo era joven, y ahora tengo solo un par de pequeños álbumes descoloridos pero muy preciados, de fotos de seis por cuatro, para contar mis historias de la infancia,” explicó Boon a National Geographic. “Es mi pasión poder retratar todo lo que pueda de mis hijos, de su vida, de su día a día, así como sus aventuras… sus historias, nuestras historias, y un pedazo de mí. Son para que puedan disfrutar y revivir los años venideros “.
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