Los zoológicos están hechos únicamente para exhibir animales de diferentes partes del mundo para que la gente pueda conocerlos, pero el costo que los diferentes ejemplares deben pagar por esta forma de entretención humana es llevar una vida dentro de una jaula con un espacio mínimo, sin interacción con sus pares y llevando una vida con una tristeza que parece aflorar desde sus almas.
Hanako es una elefanta que vivió en cautiverio en una jaula de cemento del zoológico Inokashira Park en Japón por más de 60 años. En su jaula no tenía áreas verdes y vivía completamente sola, cosa que los visitantes podían apreciar.
En el 2015 Ulara Nakagawa, una visitante del recinto denunció al zoológico argumentando que las condiciones en que el zoológico mantenía a ala elefanta eran crueles y arcaicas pues no contaba con ninguna comodidad ni compañía lo que le daba un aspecto de estar casi sin vida.
La denuncia despertó un descontento generalizado pero el recinto se negó a liberar a Hanako en un santuario para elefantes ya que según fuentes del zoológico ella estaba feliz y en buenas condiciones de salud.
En marzo del 2016 el zoológico dijo que implementaría cambios al espacio de la elefanta aconsejados por Carol Bucley, una experta en cuidado animal.
Pero a pesar de todo lo anterior la elefanta terminó muriendo el pasado 26 de mayo del 2016 en la tarde.
Hanako había nacido en Tailandia en 1947 y en 1949 la enviaron a Japón para ocupar el lugar de los elefantes muertos en la II Guerra Mundial.
Hanako desarrolló un comportamiento agresivo y en algunas oportunidades atacó al personal del zoológico por lo que incluso la encadenaron por varios años.
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