Se llama “Quebrantamiento”, una práctica infligida a los elefantes salvajes para que carguen a los turistas en sus espaldas.
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Es una manera de romper deliberadamente la voluntad de los animales para que los seres humanos pueden utilizarlos. El quebrantamiento consiste en atar y golpear a un elefante, buscando, literalmente, su sumisión.
“Los turistas pueden pensar que montar un elefante es una actividades inofensiva”, dijo el Dr. Jan Schmidt-Burbach, consejero y veterinario en World Animal Protection. “Pero la verdad es que de forma brutal se les quebranta la voluntad hasta el punto de permitir que los humanos interactúen con ellos, un proceso que implica una inmensa crueldad en cada una de sus etapas”.
Aunque no está claro exactamente cuántos elefantes sufren cada año este procedimiento, se cree que una de las principales amenazas para las poblaciones de elefantes asiáticos es la captura ilegal y el “entrenamiento” de elefantes jóvenes.
El “entrenamiento de quebrantamiento” a menudo implica tomar elefantes jóvenes, separarlos de sus madres y luego enjaularlos, manteniéndolos hambrientos y siendo golpeados constantemente. También implica que durante su estancia el animal deba permanecer despierto durante días.
La práctica suple la demanda de la industria del turismo de elefantes domesticados, así como otras formas de cautiverio, como circos y entretenimiento. (Y, por cierto, el “entrenamiento” de elefantes en cautiverio en los EE.UU., puede implicar dolorosos golpes con ganchos y atarlos con cuerdas, lo que no es menos cruel o degradante.)
Si bien se supone que la captura de elefantes salvajes es ilegal, esta ley es a menudo difícil de cumplir, y una vez que un elefante ha sido forzado a la sumisión, es visto ante los ojos de la ley como un animal en cautiverio, ya no es silvestres, y cualquier protección no aplica.
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