Ponso es un chimpancé de 40 años que fue abandonado en una isla en la costa de Ivoy, Francia, después de ser utilizado como animal de prueba en laboratorios médicos. Todos sus compañeros que fueron abandonados junto a él fallecieron, al igual que su pareja y sus dos crías.
El animal ha vivido sólo en esta isla durante mucho tiempo, aunque a pesar de su nefasta experiencia con los humanos, el amable chimpancé recibe a los visitantes con mucha alegría.
Tal es el caso de la visita de Estelle Raballand, directora del Centro de Conservación de Chimpancés, donde el animal demostró una gran felicidad al ver una cara amistosa, por eso en cuanto la vio, la rodeó con un cálido y cariñoso abrazo.
Por desgracia la historia de Ponso no es aislada, ya que docenas de simios como él fueron abandonados en islas cercanas a Nueva York después de que el NY Blood Center cesara sus actividades.
Esperamos que esta triste historia sirva de ejemplo para que cesen esta clase de prácticas con animales. Comparte esta publicación con tus amigos.
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