Zara es una tienda muy conocida de ropa que actualmente cuenta con dos mil tiendas por todo el mundo. El imperio de Amancio Ortega es el lugar donde muchas chicas acuden para encontrar ropa a la moda, sin embargo no encuentran nada que les sirva debido a las tallas que maneja la tienda.
Por esta razón, Anna Riera, una joven catalana de 18 años, ha emprendido una cruzada en contra de la multinacional, a fin de que la marca fabrique tallas más grandes que la 44.
“Una talla 46 no es una talla grande, es una talla real. Fabríquenla”, comenta Anna a través de la campaña que ha iniciado en Change.org, a la que se han sumado más de 70.000 personas en solo unas pocas semanas.
“Deberíamos empezar a diseñar para personas, no para estereotipos“, relata la joven en su petición. Según sus ideas, las cuales llaman a la reflexión, “dar este paso no sólo ayudaría a borrar la idea negativa que se tiene sobre las tallas grandes, sino que además podría hasta ser una buena oportunidad de negocio para [Inditex]“.
Pero lo curioso de la situación es que no es la primera vez que la joven se enfrenta a este gigante de la ropa, ya que hace unos meses inició otra campaña para que la marca retirase de sus tiendas los maniquíes extremadamente delgados. En esa ocasión la joven consiguió un total de 111.822 firmas, por lo que la empresa tuvo que ceder.
“Un día iba a trabajar y me llamó la atención su escaparate. Sobre todo las piernas de las muñecas, que abultaban menos que mi brazo. Ahora han puesto maniquís solo de cintura para arriba, siguen siendo delgados pero algo es algo“, manifestó.
“Yo también he sido adolescente y me he sentido frustrada por no tener el cuerpo ideal. Ver a amigas con un potencial tremendo afectadas porque les quedan apretados los pantalones es tremendo, yo hace dos años que no me peso porque no quiero que me definan por los kilos que tengo“.
Ella no pretendía serlo, pero dado su ánimo de luchar y crear este tipo de iniciativas, Riera se ha convertido en la voz de miles de chicas que sufren trastornos alimenticios, la gran mayoría derivados de la opresora dictadura de la industria de la moda. Anna asume toda esta repercusión mediática con modestia y con la sensación de estar organizando una pequeña gran revolución que podría cambiar la vida de muchas jóvenes.
Una iniciativa digna de compartir con todos tus familiares y amigos.
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