Dicen que la venganza no es buena porque “mata el alma y la envenena” pero hay quienes dicen que “es un plato que se sirve frío” y la segunda frase es la que hace sentido en la historia que te contaremos ahora que tiene que ver con una dolorosa traición.
El marido de una mujer se fue con alguien mucho más joven pero la afectada realizó una venganza que te hará sonreír.
Fueron 37 años de matrimonio arrojados a la basura por Jake quien abandonó a su esposa Edith por un romance con su secretaria quien le exigió que la llevara a vivir en la mansión en la que el hombre vivía con su ex mujer. Jake haciendo uso de buenos abogados e influencias logró quedarse con la casa.
El hombre le dio a su esposa sólo 3 días para que tomara sus cosas y se fuese de la mansión. Edith pasó los primeros dos empacando sus cosas.
Al segundo día Edith contrató a un equipo de mudanza y el tercer día se sentó en la mesa del comedor, encendió unas velas y comió un festín de mariscos, caviar y una botella de Chardonnay.
Terminado u banquete recorrió la casa y puso los restos de mariscos en las barras de las cortinas. Luego se marchó.
Los primeros días de la nueva pareja fueron de ensueño, pero luego la mansión comenzó a oler muy mal.
Limpiaron la casa a más no poder e incluso llamaron a un equipo de exterminadores, pusieron productos químicos y cambiaron todas las alfombras, pero nada logró quitar el desagradable olor.
Nadie quería visitar la casa y hasta la sirvienta optó por irse.
Finalmente la pareja decidió mudarse y como el olor empeoraba no lograron que nadie comprara la mansión.
Jake tuvo que gastar mucho dinero en la nueva casa y no recibía un peso por la mansión en desuso.
Su mujer un día llamó a su ex esposo para preguntarle que tal iba su vida y ahí fue cuando Jake le contó su mala experiencia en el que antes fue su hogar. Edith lo escuchó y luego le dijo que echaba de menos su ex hogar y que estaba dispuesta a acelerar el divorcio si se la devolvía.
Jake le vendió la mansión a su ex esposa en el 10% de su valor real y ella firmó el divorcio el mismo día.
Una semana después se llevaban de la ahora casa de Edith todas las pertenencias de Jake, incluidas las apestosas barras de las cortinas.
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