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La familia Bingham de Utah, Estados Unidos, se encontró con una enorme sorpresa en el patio de su casa la mañana de Acción de Gracias. Se trataba de un pequeño gatito blanco que estaba enterrado bajo la nieve que había caído la noche anterior y todo parecía decir que estaba congelado y probablemente muerto.
Pero rápidamente uno los integrantes de la familia lo tomó y comenzó a darle calor y unos masajes en el pecho, afortunadamente había tomada clases se reanimación para animales durante sus estudios, así que sabía muy bien qué hacer. El gatito pudo sobrevivir y la familia lo adoptó y lo apodó Lázaro.
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