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Hay que ser un temerario y un amante de que la adrenalina te suba hasta 1000 para practicar un deporte extremo en el que puedes hacer cosas extraordinarias o simplemente terminar con varios huesos rotos. Un deportista extremo debe saber que al principio se caerá mil y una vez antes de lograr hacer piruetas perfectas.
Este chico ganó la competencia mundial de PinkBike este año llevándose gracias a su arriesgada actuación mil dólares en premio y por supuesto los aplausos y gritos de la gente que miraba maravillada su espectáculo. Su recorrido es escalofriante pero el supo sobrellevarlo y convertirse en una estrella del descenso.
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