El principal uso del ajo en la historia antigua era meramente medicinal, como bien se ha podido constatar. Civilizaciones tales como los egipcios, babilonios, griegos, romanos y los chinos documentaron arduamente su uso y beneficios.
Hipócrates, famoso médico griego y padre de la medicina occidental, alguna vez dijo: “Que la comida sea tu medicina y la medicina tu alimento”.
El ajo contiene Alicina, y gracias a este componente, si se rocia ajo directamente sobre bacterias, estas mueren, este descubrimiento fue comprobado por el famoso y renombrado químico francés Luis Pasteur.
La Universidad Estatal de Washington, por medio de un estudio concluyó que, el ajo es 100 veces más eficaz que los antibióticos en la lucha contra las bacterias causantes de las enfermedades.
Recientemente por medio de la medicina moderna, se han podido confirmar muchos de los efectos benéficos que el ajo proporciona a la salud:
El ajo aporta propiedades muy potentes a la hora combatir enfermedades.
Ya sabemos que la Alicina encontrada en el ajo es la causante de sus beneficio, la cual es liberada cuando el ajo es cortado, aplastado o masticado, y también es responsable del olor característico del mismo.
- Tiene efectos protectores contra el daño renal crónico (según cientifícos del IPN de México).
- Aumenta la función del sistema inmunológico.
- Combate el refriado común.
- Puede reducir la presión arterial.
– Mejora los niveles de colesterol y reduce el riesgo cardíaco.
– Contiene antioxidantes y ayuda con la demencia y el Alzheimer.
– Ayuda a desintoxicar los metales del pesados del cuerpo.
– El ajo contiene fósforo, silicio, azufre, vitamina C, entre otros.
– Es un excelente remedio contra los parásitos intestinales.
– Tienes propiedades anti-bacteriales y antimicóticas.
La lista es larga y los beneficios son muchos:
Ataques de pánico, inflamación en las mucosas, malestares digestivos, dolores de cabeza, hemorroides, enfermedades en los riñones, melancolías, varices, asma, escorbuto, cólera, presión arterial, fatigas musculares y generalizadas, impurezas en la sangre, malestares digestivos, enfermedades oftalmológicas, taquicardia, bronquitis.
Además es nutritivo y bajo en calorías.
Unos 28 gramos de ajo contienen:
– Manganeso: 28% de la DDR (dosis diaria recomendada).
– Vitamina B6: 17% de la DDR.
– Vitamina C: 15% de la DDR.
– Selenio: 6% de la DDR.
– Fibra: 1 gramo.
– Unas cantidades dignas de calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro y vitamina B1.
El ajo contiene un poco de todo lo que necesitamos en pequeñas cantidades.
Terapéuticamente hablando, la dosis mínima diaria requerida consistiría en consumir un diente de ajo en las comidas, entre dos o tres veces al día.
Si tienes algún trastorno de coagulación o alguna condición médica que afecte la sangre, consulta a tu médico para una dosis mas adecuada.
Mantén una buena salud y comparte con tus amigos.
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