Cuando uno mismo fabrica un regalo este llega a tener mucho más valor que uno comprado. Hay un valor sentimental de por medio que no se puede comprar y resulta ser algo mucho más íntimo y personal.
Cuando haces algo, que piensas que para el otro es importante, le pones mucha más dedicación e inviertes todo el tiempo necesario en crear algo lo más hermoso posible de acuerdo a tus propias habilidades.
Esta mamá quiso regalarle algo muy especial a su hijo de 2 años. Así que compró un mueble de segunda mano y construyó una gran sorpresa para él.
Encontró este mueble antigua en un mercadillo social
Y lo compró por tan solo $20 dólares
Desmontó todas las puertas y piezas decorativas
Con una lija eléctrica retiró el barniz antiguo y dejó a la vista toda la manera original
Le hizo un agujero para encajar un pote de acero
Luego instaló un grifo sobre el recipiente
El turno de los agujeros de los quemadores
Arregló las puertas y sustituyó los cristales por tablón de enchapado, así era más seguro para el niño.
Pintó todo de color verde menta con algunos detalles blancos
Imitó la vitrocerámica usando plexiglass negro y la encimera la forró con papel plástico resistente.
Vació una de las puertas pequeñas y la revistió de plexiglass transparente. Además cambió la orientación de las bisagras para imitar el horno.
Los quemadores los fabricó con un alambre electroluminescente, material que no se calienta y consume muy poca energía. Cada quemador se controla individualmente por uno de los 5 botones negros que hay instalados en la pared de la cocinita.
Y son alimentados por una pequeña batería recargable.
Generando un extraordinario efecto luminoso que queda genial.
Tras muchas horas de trabajo llegó la hora de la sorpresa.
EL pequeño comenzó de inmediato a inspeccionar entusiasmado cada rincón de su regalo de cumpleaños.
Un gran proyecto lleno de amor y cariño que el niño de seguro disfrutará por mucho tiempo más.
Comparte esta extraordinario regalo con todos tus amigos.
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