En el centro médico Cedars-Sinai en California, un diminuto bebé de tan solo 26 semanas de gestación nació de la forma más inesperada de todas, dejando a todos muy sorprendidos.
Silas, como lo llamaron sus padres, nació por cesárea programada de emergencia debido a ciertas complicaciones en el embarazo. Tanto el bebé como la madre superaron la operación y se encuentran con perfecta salud.
La intervención, si bien fue considerada todo un éxito, durante el parto se produjo un hecho insólito que dejó a todos gratamente muy sorprendidos.
Silas fue extraído del útero de su madre, aún dentro de su bolsa amniótica completa, un hecho médico tan curioso como relevante, ya que esto solo ocurre en 1 de 80 mil nacimientos.
El ginecólogo y obstetra Willims Scott, en más de 10 años de carrera nunca había sido testigo de un hecho como este, el cual lo lleno de mucho entusiasmo.
“Fue un momento mágico que permanecerá para siempre en mi memoria”, expresó el doctor.
Al realizar una cesárea o un por parto natural, la bolsa amniótica se rompe. Es como un globo, relativamente resistente, pero la tensión de parto o un leve corte, la rajan por completo.
Poder contemplar a un bebé dentro de su bolsa, es como asistir a un parto en diferido, pues a pesar de estar fuera del cuerpo de su madre, aún no ha nacido.
El feto se mantiene dentro de la bolsa, conectado a su madre, de la que aún recibe sangre y oxigeno, por lo que no corre peligro. Para él, es como si aún nada hubiera pasado.
Tras la emoción inicial y realizar un par de fotografías con el móvil para registrar tan insólito nacimiento, los profesionales prosiguieron con el alumbramiento.
Una vez rota la bolsa y sin liquido amniótico, el pequeño Silas rompió a llorar y comenzó a respirar por sí mismo. Tras lo cual fue entregado a su madre y colocado en una incubadora para terminar su desarrollo.
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