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La “centrífuga” es un entrenamiento común para saber si los valientes jóvenes del ejercito que postulan a ser pilotos de combate pueden soportar las violentas aceleraciones de los aviones.
Ahora, gracias a una cámara puesta en el interior, podemos observar la prueba de este joven postulante que fue expuesto a una fuerza de 7G, la que desfigura su rostro y le provoca un desmayo debido a la falta de irrigación sanguínea en su cerebro. Cuando despierta, su violenta reacción de pánico es realmente sorprendente. Después de todo, nadie dijo que ser piloto de combate sería un trabajo fácil.
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