Los niños utilizan cualquier medida para poder lograr lo que quieren. Lloran, no hablan, gritan, patalean, corren, te insisten sin parar y un sin fin de otras artimañas. Pero eso es solamente un claro chantaje emocional y ellos saben muy bien cuándo y con quién ocuparlo.
Esta pequeña niña está enojada con su padre, por lo tanto se pone de espaldas a él y no lo mira a la cara, para demostrar su gran enojo. Cada vez que el padre quiere verla ella gira hacia otro lado, pero ya cuando llevan bastante rato haciendo lo mismo, la niña no logra ocultar su tierna realidad y se le va todo el enojo acumulado. Muchas veces es mejor tener un poco más de paciencia y el enojo se termina yendo, pasa con niños y también con adultos.
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