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Estos dos amigos fueron a esquiar, aprovechando las primeras nevazones de la temporada pero nunca se imaginaron lo que podían encontrar. Desde lejos solo parecía una roca gigante y cuando se acercaron más para ver qué era realmente, se dieron cuenta que se trataba de un caballo.
Pararon y comenzaron a sacarle la nieve que cubría sus patas y lo inmovilizaba, era alrededor de 1 metro. Cuando pudieron remover todo, le dieron alimento y comenzaron a guiarlo para que bajara de la montaña y pudiera llegar a un lugar con menos nieve. Luego de estar 4 días enterrado en la nieve se reunió con su dueño y pudo volver al hogar.
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