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Es extraño pensar en un pez que no pueda nadar, de hecho, resulta casi imposible pero sucedió. Este pez tenía serios problemas para nadar en forma vertical así que su dueño decidió que la mejor sería construirle una especia de silla de ruedas, con un corcho y un pedazo de gaza.
Una silla de ruedas para peces realmente sí existe, creado por veterinarios que descubrieron este problema y lograron encontrar la solución. Al igual que este hombre, que no iba a dejar que su pez muriera por esta incapacidad y ocupó todo su ingenio para resolver la situación.
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