Cuando compramos una pecera con los típicos peces dorados lo hacemos creyendo que estos nos darán menos trabajo que un perro o un gato y que además su estanque será una pieza de decoración para nuestro hogar, pero la verdad es que no es así pues estos peces requieren cambio de agua y limpieza de la pecera, mantener el agua a una temperatura adecuada y ser alimentados en raciones exactas, por lo cual muchos de quienes las compran terminan aburridos de tanto trabajo.
Este video muestra una realidad desconocida y es aquella por la que algunos dueños de peces dorados, los típicos de las peceras, optan cuando ya no quieren tenerlos más en casa y les buscan un nuevo hogar, arrojarlos a un río, lago o laguna. En este caso ocurrió en el lago Tahoe y las consecuencias pueden ser perjudiciales para este lugar debido al gran tamaño y a los niveles de reproducción que han alcanzado estos peces. Tienes que verlo.
Dejar peces dorados en lagos no es bueno, compartelo para que todos lo sepan.
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