El miércoles pasado, un par de surfistas locales en una playa en Costa Rica, estaban a punto de coger olas cuando vieron un bulto de aspecto extraño en el agua, en la desembocadura de un pequeño río cercano. Mauricio Camarena y sus amigos se acercaron al objeto y vieron que era una ballena piloto bebé llorando en busca de ayuda.
“Ella estaba muy débil y no podía mantenerse a flote”, dijo Camareno. Los hombres llevaron a la ballena más cerca del mar abierto pero estaba demasiado agotada para nadar. Se quedaron con ella durante más de 6 horas manteniéndola a flote para que pudiera respirar, vertían agua sobre la ballena para protegerla del calor. Cuando recuperó sus fuerzas, los hombres la guiaron hacia aguas más profundas y nadó por su cuenta, presumiblemente para buscar a su familia perdida.
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