Dos semanas antes de su boda en noviembre de 2015 en el Reino Unido, Connie Bell se probó el vestido que su abuela Margaret White usó en 1966 y que se ajustaba a ella como un guante.
Los planes del banquete de boda de Connie se acaban de derrumbar, y su querida abuela sacó el vestido de novia con flores de encaje, de hace 50 años en un intento para animarla. Connie solo había visto en fotos el vestido, y a pesar de que ya había comprado su propio vestido, no pudo evitar probárselo.
“Me sorprendió lo bien que encaja y lo bien que me hizo sentir,” dijo Connie, quien vive en Barnsley, Yorkshire del Sur. “Me lo probé para animarme pero no tenía idea de que iba vestirlo el día de mi boda, pero lo supe tan pronto me vi con el”
Después de probarse el vestido de la abuela, todo comenzó a encajar en su lugar para la boda. Connie y su futuro marido, Sam Bell, encontraron un nuevo para boda en tiempo récord, y Connie decidió cambiar a su vestido original para el final de la recepción y así no desperdiciarlo.
Incluso encontró pequeños pedazos de confeti entre medio del vestido de boda de su abuela.
“Fue aún más especial encontrar esos trozos de confeti de hace 50 años en el vestido y ahora hay algunos de mi boda también” dijo Connie, quien además agregó que el vestido retro fue toda una sensación en la fiesta.
“Usar el vestido de mi abuela hizo que todo el mundo estuviera más feliz y emocionado en el día de mi boda, sobre todo mis abuelos”, dijo Connie. “Amo mucho a mi abuela y estoy tan contenta de que las dos pudiéramos llevar el mismo vestido en nuestro día especial.”
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