El tiempo que se pierde no se recupera. Los años pasan y no hay vuelta atrás y para la mayoría depende de nosotros aprovecharlos, pero hay otras personas a los que se los arrebatan dejándolos atados de pies y manos, teniendo que aceptar algo totalmente injusto.
Esta es una parte de la historia de vida de Ricky Jackson quien en 1975 y tras el testimonio de un niño de 12 años fue puesto en prisión y condenado a cadena perpetua por un crimen que no cometió. Tras apelar muchas veces, tras 39 años le conceden la libertad, pero ya ha perdido muchos años de vida, muchos amaneceres y puestas de sol, muchas reuniones con amigos, el ver crecer a algunos, el ver partir a otros tantos.
Te impresionará escuchar las primeras palabras de Jackson tras el veredicto que le dio su libertad porque son simplemente emocionantes. Yo aún tengo los ojos nublados de lágrimas que quieren brotar.
Comparte el hermoso momento en que este hombre recupera su libertad.
kooo